Padre Pedro, de José Ignacio Serralunga (TEATRO)

junio 18, 2019

Si una de las reglas básicas para que cualquier historia funcione es que como espectadores logremos ponernos del lado de los personajes ya que cada uno de ellos tiene razón, entonces se puede decir que Padre Pedro cumple con esa particularidad de principio a fin.

La obra se desarrolla en una iglesia de pueblo donde Dante, un joven que se desempeña como monaguillo, le confiesa al Padre Pedro un sueño que lo persigue desde hace tiempo y que trae a colación una tercera figura: Ángeles, a quien aunque nunca vemos, será el tema de disputa entre estos dos hombres. A partir de esta premisa se irán revelando secretos sobre el pasado de ambos hasta culminar en quizás uno de los interrogantes más universales en la historia: qué es lo que está bien y qué es lo que está mal.

En un duelo teatral conformado por las sólidas actuaciones de Ricardo Torre y Jorge Fernández Román, ambos componen seres que están sumergidos en un gran dolor e ira contenida que a medida que la obra avanza, se ven obligados a confesar. Acá no hay buenos y malos, sino personajes que están convencidos en hacer lo correcto.

Padre Pedro es una opción interesante dentro de la cartelera porteña donde el eje está centrado en la lucha interna y sus consecuencias. La escenografía organizada a modo de ring eleva a la puesta debido a que está construida como un personaje más. La escultura de la virgen en una de las esquinas subraya el simbolismo de que si aún de la casa de Dios se trata, todos somos observados y juzgados con la misma severidad.